¡Hola a todos! Hoy vamos a hablar de una aventura bastante loca: traer un Tesla Model S de Estados Unidos a Bielorrusia. Fue una experiencia que requirió mucho trabajo, paciencia y, por supuesto, dinero. Empecemos por el principio… ¿Qué es el “fruto”, como lo llamábamos? Pues, el “fruto” era nuestro Tesla Model S, un sueño hecho realidad… o al menos, eso creíamos al principio. Lo compramos en Estados Unidos, un modelo usado, claro, con la idea de importarlo y disfrutar de él en Bielorrusia. No fue un coche nuevo, ni mucho menos. Tenía sus desperfectos, sus golpes y arañazos, pero el precio era irresistible. Hablamos de un coche que, en su estado original, presentaba un aspecto… digamos, “con potencial”.
Ahora, vamos a ver las fotos del coche. Aquí pueden ver las imágenes que tomamos antes de enviarlo y luego, las que le hicimos al llegar a la aduana bielorrusa. La diferencia es abismal. En las fotos de la aduana se ve claramente el desgaste del viaje, los pequeños golpes que sufrió durante el transporte marítimo, el polvo acumulado… Realmente parecía un coche que había sobrevivido a una guerra. Pero, bueno, estaba ahí, en Bielorrusia, listo para su resurrección.
¿Cuánto costó solo comprarlo, sin contar la restauración? Pues, la cifra final fue de TWENTY THOUSAND dólares americanos. Una cantidad considerable, sí, pero que, considerando el precio de los Tesla en Bielorrusia, resultó ser una inversión bastante inteligente. Recuerden que en Bielorrusia los coches de importación están sujetos a impuestos y aranceles bastante altos, así que el precio de compra en Estados Unidos fue una parte importante, pero no la única, del coste total.
Y ahora, la parte más interesante: la restauración. Esto fue una odisea. No fue simplemente una limpieza y un cambio de aceite. Tuvimos que abordar varios problemas. Primero, la carrocería. Como les mostré en las fotos, tenía varios golpes y arañazos. Tuvimos que llevarlo a un taller especializado en chapa y pintura, donde pasaron semanas reparando la carrocería y pintándolo. Luego, el interior. Necesitaba una limpieza profunda, una reparación de algunos detalles y la sustitución de algunas piezas desgastadas. También hubo que revisar el sistema eléctrico, porque el viaje había dejado su huella. Y, por supuesto, la mecánica. Un chequeo completo del motor, de la batería, de los frenos… Todo tenía que estar perfecto. En total, la restauración nos llevó casi TRES MESES y costó FIFTEEN THOUSAND dólares.
En resumen, entre el precio de compra en Estados Unidos y la restauración completa, el coste total del proyecto ascendió a THIRTY-FIVE THOUSAND dólares. Una cantidad significativa, sin duda, pero que, al final, valió la pena. Ahora tenemos un Tesla Model S en perfecto estado, listo para recorrer las carreteras de Bielorrusia. Y, lo más importante, tenemos una historia increíble que contar. Espero que les haya gustado este relato. No olviden suscribirse para más aventuras como esta.
¡Hola a todos! Empezamos con la batería. Comprar un Tesla Model S usado en Estados Unidos ya es una aventura en sí misma, pero la batería es, sin duda, el componente más crítico. Antes de comprar, revisamos exhaustivamente los informes de diagnóstico del vehículo. Buscamos un porcentaje de salud de la batería lo más alto posible, idealmente por encima del EIGHTY por ciento. Esto, por supuesto, influyó directamente en el precio final. No queríamos arriesgarnos con una batería degradada, ya que la reparación o sustitución en Bielorrusia sería una pesadilla logística y económicamente desastrosa. Hablamos con varios expertos en Tesla, tanto en Estados Unidos como en Europa, para obtener consejos sobre qué buscar en los informes y qué valores eran aceptables. Finalmente, encontramos una unidad con un informe que nos convenció, aunque, como verán más adelante, aún tuvimos algunos sustos. El proceso de importación de la batería en sí fue complejo, requirió papeleo extra y, por supuesto, un coste adicional en aduanas. Pero, al final, valió la pena la inversión en una batería en buenas condiciones.
Luego está el tema de la electricidad. En Bielorrusia, la infraestructura de carga para vehículos eléctricos no está tan desarrollada como en Estados Unidos o Europa Occidental. Tuvimos que planificar cuidadosamente nuestra estrategia de carga. Investigamos las estaciones de carga disponibles, sus ubicaciones y sus potencias. Descubrimos que la mayoría de las estaciones eran de carga lenta, lo que significaba que los viajes largos requerían una planificación meticulosa. También investigamos la posibilidad de instalar un cargador en casa, lo cual resultó ser más complicado y costoso de lo que esperábamos debido a las regulaciones locales y la necesidad de contratar a un electricista especializado. Este fue un gasto imprevisto que elevó considerablemente el presupuesto total. Pero, al final, tener un cargador en casa nos ha facilitado mucho la vida.
Pasando a la carrocería y el interior, el Tesla llegó con algunos daños menores, típicos de un coche usado. Había algunos arañazos, abolladuras y un pequeño golpe en el parachoques delantero. La tapicería interior estaba en buen estado, pero necesitábamos una limpieza profunda. La restauración fue un proceso largo y laborioso. Tuvimos que buscar talleres especializados en pintura y reparación de carrocerías, lo cual no fue fácil. Encontramos un taller que tenía experiencia con vehículos eléctricos, lo cual fue crucial para evitar cualquier daño accidental a la batería o a otros componentes eléctricos. El coste de la reparación de la carrocería y la limpieza del interior fue considerable, pero el resultado final valió la pena. El coche quedó como nuevo, o casi. También aprovechamos para cambiar algunas piezas de desgaste, como las escobillas de los limpiaparabrisas y algunas piezas de goma que estaban deterioradas.
Finalmente, el balance final. Sumando todos los gastos: el precio de compra del vehículo en Estados Unidos, el transporte marítimo, los impuestos de importación, los aranceles, los gastos de aduana, la reparación de la carrocería, la limpieza interior, la instalación del cargador en casa y otros gastos menores, el coste total fue de aproximadamente FIVE HUNDRED THOUSAND RUBLOS bielorrusos. Fue una inversión significativa, pero creemos que valió la pena. Ahora tenemos un Tesla Model S en Bielorrusia, un coche que disfrutamos conduciendo y que nos permite ahorrar en combustible.
Por último, algunas noticias relacionadas. Desde que importamos el coche, hemos estado siguiendo de cerca las noticias sobre las regulaciones de importación de vehículos eléctricos en Bielorrusia. Las leyes están en constante cambio, así que es importante mantenerse informado. También hemos estado en contacto con otros propietarios de Tesla en Bielorrusia para compartir experiencias y consejos. Si están pensando en importar un Tesla a Bielorrusia, les recomiendo que investiguen a fondo y se preparen para un proceso largo y complejo, pero al final, muy gratificante.
















